Una estrategia empresarial es un procedimiento por el cual una compañía u otro tipo de organización busca conseguir mejorar sus resultados, alcanzar un rendimiento óptimo, lograr que el desarrollo de la misma sea sostenible y, a la larga y con el paso de los años, que esta siga creciendo.

Por esta razón, es imprescindible contar con una buena estrategia empresarial, ya sea a la hora de emprender un negocio, cuando se busca ampliarlo o diversificarlo, o incluso si se trata de una empresa con experiencia pero sin ningún enfoque estratégico claro.

También es importante tener en cuenta que no existen pautas mágicas a la hora de establecer una estrategia empresarial, es decir, que no hay un método infalible para conseguir los objetivos deseados, ya que el funcionamiento de las mismas depende de varios factores, principalmente el tipo de negocio, su alcance, el mercado, la competencia y la sociedad en general.

Por otro lado, cabe destacar que en función de la estrategia empresarial que precise un negocio concreto será necesaria o no la contratación de personal especializado para su implantación, ya que serán capaces, además, de analizar los resultados y llevar a cabo los cambios pertinentes para que siga funcionando.

Como se adelantaba anteriormente, existe una amplia variedad de estrategias empresariales, pero podemos diferenciar tres grandes grupos, tal como se muestra a continuación.

 

Tipos de estrategias empresariales

  • Estrategia corporativa: 

Considerada por muchos como la estrategia empresarial más importante para una compañía. Y es que es la que se utiliza para definir los valores, la misión y la visión de una empresa, por eso es la más utilizada por aquellos negocios que acaban de comenzar o bien por aquellos que arrancaron de manera sutil y que con el paso del tiempo precisan de este tipo de definiciones.

Una estrategia corporativa define objetivos a largo plazo y es utilizada por aquellos que buscan presentar su empresa dentro de un sector.

Todo lo que se obtiene a través de este tipo de estrategia es utilizado por la empresa para definir su identidad corporativa y su personalidad, algo sumamente importante en cualquier sector.

Podría hablarse de infinitos ejemplos de estrategias corporativas y es que se trata del primer proceso llevado a cabo por una empresa a la hora de lanzarse al mercado.

 

  • Estrategia competitiva: 

También se conoce como estrategia de negocio. Como se puede sobreentender gracias a su nombre, esta estrategia es utilizada por aquellas compañías que buscan cómo se va a plantear la actividad corporativa en el mercado, de qué modo se va a buscar un hueco en el mismo y cómo se va a buscar rentabilidad, teniendo en cuenta siempre a la competencia.

En este caso, la estrategia competitiva plantea objetivos a medio plazo, siempre relacionados con los aspectos definidos por la estrategia corporativa, es decir, la identidad de marca y sus valores.

Un gran ejemplo de estrategia competitiva es la llevada a cabo por Coca Cola, que pese a la existencia de múltiples marcas competidoras en el sector de las bebidas gaseosas siempre ha conseguido posicionarse entre las principales.

 

  • Estrategia funcional: 

La estrategia funcional también se denomina estrategia cooperativa y es que es el procedimiento por el cual una compañía establece el esquema de la organización, es decir, su organigrama, incorporando datos como los distintos roles dentro de una compañía, las funciones de cada uno de ellos, los departamentos a los que pertenecen, las posibles vacantes existentes, etc. Además, también se indican cuáles son los horarios de trabajo, el salario de cada uno de los puestos y demás datos relevantes relacionados con el funcionamiento interno de la propia compañía.

Además de ser una estrategia sumamente beneficiosa a nivel interno, tal como se mencionaba, también tiene su repercusión externamente, dado que el buen funcionamiento de la empresa se verá reflejado en la productividad y en la satisfacción de los consumidores.

Se trata de una de las estrategias que más importancia ha obtenido en los últimos años, dada la necesidad de realizar cambios internos como respuesta a la situación vivida por la pandemia de coronavirus.

Una vez más, son múltiples las empresas que se podrían definir como ejemplos de estrategia funcional, ya que han sido muchas las que han realizado importantes cambios en su gestión interna a raíz de la pandemia.

 

Como ves, los tres tipos de estrategias empresariales pueden definir tres momentos clave de una compañía, por lo que todas son sumamente importantes. La clave está en implantarlas de forma correcta e ir midiendo, en todo momento, los resultados obtenidos.

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