La responsabilidad social corporativa determina un tipo de acciones llevadas a cabo por una compañía u otro tipo de organización, cuyo fin último es conseguir no solo beneficios económicos para la propia empresa, sino también gestionar el impacto de las acciones corporativas de esta a nivel social y medioambiental.

El origen de la responsabilidad social corporativa surge de la necesidad de controlar los efectos causados por las empresas, sobre todo a raíz de la globalización. La contaminación, la emisión de gases perjudiciales, la deforestación, la explotación infantil, la desigualdad salarial o las condiciones infrahumanas de trabajo en países en vías de desarrollo son algunos ejemplos de consecuencias de una situación cada vez más insostenible en el mercado global.

Y la manera que se ha encontrado para luchar contra estas situaciones es la aplicación de políticas de responsabilidad social corporativa, que tiene un doble impacto positivo para una empresa: en primer lugar, los propios beneficios sociales y medioambientales ligados a estas prácticas; y en segundo lugar, una mejora en la reputación corporativa, con los beneficios que esto trae asociado, como una mayor fidelización de clientes, una mayor conversión en consumidores y resultados similares que consiguen una mejora económica para la propia compañía.

Teniendo en cuenta todo esto, se puede comenzar a entender la importancia, a nivel empresarial, de la reputación social corporativa, pero aún hay más, tal como se muestra a continuación.

 

¿Por qué la Reputación Social Corporativa es importante a nivel empresarial?

Además de las razones especificadas previamente, la responsabilidad social corporativa trae consigo ligados una serie de beneficios para la propia empresa que gestiona dichas acciones. Las principales ventajas que cabe destacar son: 

  • Mejora la imagen corporativa: una compañía que se muestra responsable tanto con el medioambiente como con el capital humano es considerada como una buena compañía. Contar con políticas que aseguren que el trato a los empleados y otros stakeholders es positivo, cuidando siempre su bienestar, así como otras acciones que permitan que el impacto medioambiental generado en todas las áreas del proceso productivo se disminuya, hace que los consumidores tengan una visión más positiva de la empresa. Esto, a su vez, repercute en otros beneficios, como un incremento en el número de consumidores finales que comparten los valores corporativos, atraídos por estas acciones de la empresa.
  • Ayuda en la fidelización del cliente: del mismo modo que se mencionaba en la ventaja anterior, los clientes se sienten atraídos por una compañía con la que comparten valores o bien que a pesar de no tener los mismos, los que la empresa presenta son positivos y sumamente llamativos. Si además estos valores están respaldados por acciones, la atracción se intensifica. Esto ayuda no solo a atraer nuevos consumidores, como se comentaba anteriormente, sino también a fidelizar a aquellos que ya se habían convertido previamente en clientes finales.
  • Mejora el clima laboral: al igual que los consumidores, los propios empleados de la compañía pueden sentirse atraídos por los valores corporativos y por las acciones de responsabilidad social corporativa llevadas a cabo por la empresa. Esto hace que los trabajadores, así como el resto de stakeholders, se sientan cómodos, mejorando el ambiente de trabajo dentro de la compañía.
  • Fomenta la innovación: un plan de responsabilidad social corporativa, como cualquier otra estrategia empresarial, comienza fijando los objetivos que se quieren alcanzar a través de una serie de acciones concretas, para posteriormente determinar cuáles son las actividades que se quieren llevar a cabo para conseguirlas. Se cree que en el ámbito empresarial está ya todo inventado, pero cuando una compañía quiere sobresalir entre sus competidores le toca invertir en innovación. Ocurre lo mismo cuando se trata de acciones de responsabilidad social corporativa, lo que comenzaron siendo simples políticas de reciclaje y de igualdad laboral, en la actualidad se ha convertido en una fuente de creatividad donde las empresas luchan por ser las más innovadoras.

 

Estos son solo algunos de los beneficios ligados a las prácticas de responsabilidad social corporativa. Existen otras ventajas que se pueden definir en base a los objetivos alcanzados por cada acción concreta que se lleva a cabo. Además, tanto a nivel social como medioambiental, estos beneficios se ven multiplicados, ya que son los agentes que reciben de manera directa los resultados de las acciones estratégicas.

Nueva llamada a la acción