A la hora de afrontar un proyecto de creación de una nueva web, muchas veces no se trabajan adecuadamente 3 puntos esenciales para conseguir el resultado deseado. Es por ello, que queremos dedicar este artículo a resaltar la importancia de definir una buena estrategia, de trabajar adecuadamente la conceptualización de la web y de invertir los recursos necesarios para crear los contenidos adecuados si queremos llegar a buen puerto.

 

Definición de la estrategia

La creación de una web no debe partir nunca de una hoja en blanco. Siempre debe existir un estudio previo que permita identificar los objetivos que debe cumplir.

Esta definición estratégica debe basarse en numerosos aspectos, pero quisiéramos destacar los que creemos más importantes.

Primero, es indispensable entender qué perseguimos con la nueva web. Cuales son los aspectos estratégicos a los que debe dar soporte o directamente cubrir.

Por otra parte, es necesario entender a qué público va dirigida y, por lo tanto, qué necesidades de información tiene este público. 

También es importante identificar los distintos casos de uso que debemos tratar, puesto que nos permitirán entender qué funcionalidades y qué contenidos debe ofrecer la nueva web.

Y, sin duda, el estudio profundo de la competencia y, paralelamente, de las palabras clave, deben aportar la información adecuada y necesaria para encaminar correctamente el desarrollo de la web.

 

Conceptualización de la web

Cuando hablamos de la conceptualización de la web, englobamos todas aquellas actividades encaminadas a conseguir una excelente experiencia de usuario.

La percepción que tendrá el futuro usuario de nuestra propuesta de valor depende en gran medida del nivel de calidad de la experiencia de usuario.

En el desarrollo de una web, la experiencia de usuario abarca desde la navegación hasta el diseño gráfico, pasando por la comunicación que se aplica, entre otros muchos aspectos.

Resulta especialmente útil, si no imprescindible, concretar estos aspectos en una maqueta navegable con un doble objetivo:

  1. Verificar que todos los casos de uso están adecuadamente cubiertos y que la experiencia de usuario es la adecuada.
  2. Conseguir el visto bueno del cliente antes de pasar a la fase de desarrollo.

 

Creación de los contenidos

La elaboración de los contenidos es un proceso laborioso y ciertamente complejo. La calidad de los contenidos creados afectará, sin duda alguna, a la experiencia de usuario y, sobretodo, al posicionamiento que deseemos alcanzar.

Por este motivo, es altamente recomendable dedicar los esfuerzos necesarios a esta tarea y seguir un proceso claro y riguroso.

Para ello, existen dos herramientas especialmente útiles:

  • La guía de comunicación: es la que define las directrices de comunicación, como tono, voz, etc. con el fin de homogeneizar todos los contenidos;
  • El briefing de cada contenido: cuyo propósito es indicar todos los aspectos que el contenido debe cubrir.

A partir de aquí, la redacción de todos los contenidos de la web seguro que será mucho más sencilla.

 

Conclusión

Sin duda, para conseguir los objetivos deseados es importante seguir una metodología adecuada. Como hemos comentado, esta debe incluir una necesaria definición estratégica, donde se identifiquen los objetivos que debe cumplir la web, un diseño conceptual que asegure una correcta experiencia de usuario y una creación de contenidos que asegure que se comunica el mensaje preciso y necesario.

Si se trabajan estos tres aspectos, tenemos todos los números para lograr una web de gran calidad

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